Estudio Bíblico: Cuaresma 5 (B) – 2012
March 25, 2012
Jeremías 31:31-34
Jeremías ofrece esta visión de esperanza para el futuro después de que el templo de Jerusalén fuera destruido, el rey de Judá fuera deportado, y muchos de los israelitas estén en el exilio en Babilonia. ¿Es este juicio el fin del pueblo desobediente de Dios? ¿Cuál es su futuro? Los cristianos a menudo interpretan esto como una profecía de la venida de Jesús, pero incluso ahora no estamos viviendo en un mundo sin pecado, y es difícil imaginar que todos y cada uno de nosotros conoce a Dios. ¿Está la ley de Dios escrita en nuestros corazones? Jeremías ofrece una visión del reino de Dios, y cómo aprendemos de Jesucristo que el reino de Dios está aquí y está por venir. La visión de Jeremías trata del amor de Dios y de la relación de Dios con nosotros. Dios habita en nuestros corazones. A través del estudio, la oración, la adoración, los sacramentos, y la Biblia, nos acercamos más a conocer el amor y la gracia de Jesucristo. A medida que Cristo entra en nuestros corazones, podemos tratar de vivir con la libertad del amor de Cristo en la visión de la nueva alianza.
- ¿Qué señales ves del reino ahora?
- ¿De qué manera está la ley de Dios escrita en tu corazón?
- ¿Qué significa la visión de Jeremías para ti? ¿Cómo ve ese futuro?
Salmo 51:1-12
Este salmo es una confesión litúrgica. El salmista confiesa: “contra ti solo he pecado” (v. 4) y pide a Dios que lo haga puro. Este versículo se hace eco de David en 2 Samuel 12:13 cuando confiesa su pecado en la saga de Betsabé. El versículo 7 del Salmo 51 muestra que Dios llega y toca lo profundo del ser del salmista y le imparte sabiduría para ayudarle a reconocer el mal que ha hecho. Al igual que David, el salmista se ha quedado corto, pero ha vuelto a Dios y Dios está ahí para ayudar al pecador a ver su pecado, y entonces Dios limpia para restablecer la relación. Primero oriéntate a ti mismo hacia Dios, y entonces la adoración y el sacrificio producen el efecto correcto. Este es un salmo de alabanza y de la misericordia de Dios. La devoción diaria de la mañana del Libro de Oración Común comienza con los versículos 11-13 de este salmo: “Crea en mí un corazón limpio, oh Dios, y renueva un espíritu recto dentro de mí, no me eches de tu presencia y no apartes tu Santo Espíritu de mí, dame de nuevo la alegría de tu salvación y sostenme con tu noble Espíritu”.
- ¿Es importante es la confesión personal del pecado para la restauración de una relación correcta con Dios?
- ¿Cómo ha tocado Dios tu corazón para ayudarte a ver la verdad?
- ¿De qué manera el Espíritu de Dios te sostiene?
- Trata de decir los versículos 11-13 cada mañana durante una semana y ve lo que sientes.
Hebreos 5:5-10
Estos versos describen una de las tres funciones esenciales que el escritor de la carta a los Hebreos ve sobre todo en Jesucristo: profeta, sacerdote y rey. Como sacerdote, Jesús es el ejecutor del sacrificio y la víctima. Ningún otro podría restaurarnos a Dios. El sacerdocio es el punto de la reconciliación entre Dios y el pueblo de Dios. Jesús (no se autonombró) sino que fue llamado por Dios al igual que lo fue Melquisedec (Génesis 14). Hebreos cita el Salmo 110: 4 “Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec”. Jesús es fiel en su sufrimiento. Ante el sufrimiento, hay que mirar a Jesús y su superioridad como Sacerdote y su misericordia por la humanidad. Lo que la vida nos trae no es el fin, y no estamos solos. Estos versos provienen de una comunidad que trata de dar sentido a la vida de Jesús, a la muerte y a la resurrección y lo que significa para ellos a medida que avanzan y siguen a Jesús. Tienen el propósito de animarnos en nuestra fidelidad a Dios como Jesús mostró fidelidad, y de consolarnos, porque tenemos a Jesús como sacerdote misericordioso que es mediador nuestro en nombre con Dios.
- ¿Qué significa para usted tener a Jesucristo como mediador entre Dios en su santidad trascendente y nosotros?
- ¿Cómo Jesús en cuanto sacerdote te anima o consuela como seguidor de Cristo?
Juan 12:20-33
La visita de los griegos inicia la discusión de Jesús sobre su muerte inminente. En el Evangelio de Juan los que están fuera de la comunidad a menudo reconocen a Jesús, como lo hará Pilato cuando Jesús esté ante él. Qué ironía que la crucifixión y la glorificación de Dios sean una y la misma cosa, pero lo son. Estos versículos enfatizan el valor de la obediencia a Dios y su calidad de dar vida. Jesús no se resiste al cumplimiento de la “hora” que ha llegado. Ha llegado la hora para que Jesús tome el sufrimiento humano, el pecado y el mal y se ofrezca a sí mismo hasta la muerte. Esto no es fácil para que los discípulos de Jesús lo entiendan, ni tampoco nos es fácil a nosotros hacerlo. Jesús nos llama a acudir a él cuando atrae a todos hacia él desde la cruz. En la obra salvadora de Jesús hemos sido salvados, y siguiendo a Jesús podemos participar en el amor de Dios y en el poder salvífico hacia este mundo. Jesús nos atrae hacia él. Nos pide que le sigamos y nos convirtamos en siervos de Dios, como él es siervo. El aferrarse a esta vida no da vida, abandonarlo todo por amor a Dios y el amor de Dios para la humanidad es el camino de la vida eterna.
- ¿A dónde ves que Jesús te lleva?
- ¿De qué manera podría el “odiar” a esta vida ser tu salvación?
- ¿Qué miedos o placeres de la vida pueden ser un obstáculo para seguir a Jesús?
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