Estudio Bíblico: Epifanía 2 (B) – 2012
January 16, 2012
1 Samuel 3:1-10, (11-20)
Al entrar en un nuevo año, se dan cambios. El cambio siempre se da o se produce simultáneamente con una transición en nuestras vidas. La lectura del primer libro de Samuel trata de las transiciones. Esta historia de Samuel y Elí probablemente fue recogida, editada, y colocada en el libro que llamamos primero de Samuel durante la época del rey Josías. El reinado del rey Josías fue un período de gran cantidad de reformas y de transición para el reino de Judá del sur. El rey Josías debió pensar que esta historia revelaba algo importante acerca de las transiciones.
En la lectura en sí misma, somos testigos del cambio de liderazgo de Elí a Samuel. La vista de Eli se debilita cada vez más y con ello le llegaba el turno a Samuel. A través de una teofanía, Samuel tiene una visión y escucha la palabra del Señor. Lo que escucha no es agradable, ya que es un pronunciamiento de sentencia a su mentor Elí. Elí acepta la transición, y Samuel se convierte en el profeta.
- ¿Cuáles son las transiciones que se han producido en tu vida durante el último año? ¿En qué medida han sido buenas y en qué medida han sido difíciles? En estas transiciones, ¿dónde ves la presencia de Dios? ¿Hay una parte de tu vida que es como la de Eli y Dios te está sacando de esa parte? ¿Cuáles son las partes de tu vida que son como las de Samuel, nuevas partes de tu vida en las que Dios está presente?
Salmo 139:1-6, 13-18
Se especula que este salmo fue compuesto durante el período post-exilio. El período post-exilio fue un momento en el que los judíos pudieron regresar a su patria después de años de estar en el exilio. Este salmo capta las emociones de su regreso y su fe de que nada puede separarnos de Dios.
- ¿Alguna vez has tenido una experiencia en la que te has sentido cortado o separado de Dios? ¿Cómo te sentiste después de esa experiencia? ¿Qué te ha enseñado esa experiencia acerca de Dios y de ti mismo?
1 Corintios 6:12-20
La carta de Pablo a los corintios es un argumento retórico formado para ayudar a los corintios a entender sus relaciones (personales y comunitarias) con Dios. Los corintios tienen en el momento dos principales ideas erróneas sobre su relación con Dios.
El primer concepto erróneo es que si uno ama a Dios, entonces uno es incapaz de pecar, porque una persona que ama a Dios no elegiría hacer algo contrario al amor de Dios. Por lo tanto, “todas las cosas me son lícitas” y “todo pecado está fuera del cuerpo”. El segundo error es que el pecado de uno sólo afecta al individuo y no a la comunidad. Esta es la idea de “pecados contra el propio cuerpo”.
Pablo aclara estas ideas erróneas y recuerda a los corintios que estamos en una relación con Dios y entre nosotros. Todo lo que hacemos afecta a Dios, porque Dios habita en nosotros. Todo lo que hacemos afecta también a los otros miembros del cuerpo de Cristo. Esto significa que nuestro deber máximo es glorificar a Dios, que nos ama a través del envío de su Hijo Jesús.
- La profunda teología de Pablo se expresa muy bien en la confesión de pecado que debemos orar semanalmente en la Santa Eucaristía. Lee la confesión (Libro de Oración Común, p. 282) y reflexiona sobre las siguientes preguntas. ¿Qué significa amar a Dios con todo nuestro corazón? ¿Cómo afectan mis obras a Dios? ¿Cómo afectan mis obras a los demás? ¿Qué significa que Dios habite dentro de mí? ¿Cómo puedo glorificar a Dios?
Juan 1:43-51
El evangelio de Juan fue escrito para una comunidad que estaba luchando. Habían sido expulsados de sus sinagogas y llamados herejes por sus creencias. Uno puede imaginarse que esto plantea una gran duda y escepticismo dentro de cada persona y de la comunidad.
El pasaje evangélico, creo, está escrito específicamente para reconfortar a la comunidad de Juan. No trataba de eliminar todas sus dudas y escepticismo, o condenarlos por ello. No, la historia de Natanael y la última línea de Jesús en el versículo 51 prometían a la comunidad que Jesús es el Hijo de Dios encarnado. Jesús te ha sido y te seguirá siendo revelado mientras luchas y batallas con lo que te sucede por ser discípulo de Jesús.
- ¿Cuándo en tu vida te pide Dios que “vengas y veas”? ¿Cuál sería el costo para ti si escucharas la llamada de Dios? ¿Cómo te afectaría esa llamada a ti, a tus amigos, a tu familia y a tu comunidad? ¿Cómo puedes valorar tus dudas y escepticismo, pero permanecer abierto a Dios?
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