Estudio Bíblico: Propio 15 (B) – 2021
August 15, 2021
LCR: 1 Reyes 2: 10-12, 3: 3-14; Salmo 111; Efesios 5: 15-20; Juan 6: 51-58
1 Reyes 2: 10-12, 3: 3-14
Dios escribe recto con líneas torcidas, ¡y Salomón ciertamente era una línea torcida! La lectura de hoy presenta al Salomón idealizado: humilde, justo y temeroso de Dios. Después de todo, lo que más le preocupa es servir a Dios y ser un gobernante sabio. Pero el contexto de nuestra lectura revela que Salomón era un hombre complicado, con amor a Dios pero calificado. Los tres versículos que preceden a la lectura nos recuerdan que Salomón trajo una esposa extranjera a Jerusalén y adoró en “lugares altos” en violación de la Ley, y primero construyó una casa para él antes de construirla para Dios. La historia posterior atestigua el gobierno opresivo de Salomón que resultó en una división entre los reinos de Judá e Israel.
En lugar de considerar a Salomón como un modelo a seguir, podríamos interpretar esta narrativa como una invitación a reflexionar sobre el llamado de Dios a los imperfectos, los indignos y los defectuosos, en otras palabras, a cada uno de nosotros. Este es el misterio y el milagro de la gracia de Dios: no podemos hacer nada para ser dignos de ella, sino abrir nuestro corazón y decir que sí a este regalo de la gracia.
- ¿Cómo ha experimentado la gracia de Dios a través de los defectos e imperfecciones?
Salmo 111
Este salmo toma la forma de un poema acróstico maravillosamente creativo: cada línea comienza con la siguiente letra del alfabeto hebreo. Dentro de esta arquitectura literaria hay palabras de sabiduría atemporales que nos nutren y alimentan en el camino hacia la santidad. Los temas del poeta incluyen los siguientes, todos evocadores del éxodo y la experiencia del Sinaí: Dios inicia la relación con nosotros a través de una acción de gracia, estamos llamados a responder con gratitud; alabamos a Dios tanto en la liturgia formal como en nuestra forma de vida; el “temor del Señor” es el conocimiento auténtico, la clave para una vida fructífera.
Note que el “temor de Jehová” se coloca en el medio del texto (para los autores antiguos el lugar más importante) y el versículo final. Se llama nuestra atención sobre esta frase, el fundamento de toda enseñanza de sabiduría. Temer al Señor es reconocer que hay un Dios, y yo no lo soy, y estoy dispuesto a someterme a la instrucción de Dios. El Salmo 111 nos invita a recordar lo que Dios ha hecho por nuestros antepasados y quiere hacer con gracia por nosotros, pero Dios espera pacientemente nuestro “sí”.
- ¿Cómo se le pide que tenga un sentido más profundo del “temor del Señor”?
Efesios 5: 15-20
Tenemos un gran cambio de frase en esta lectura: “Aprovechar al máximo el momento presente porque corren días malos”. Literalmente en griego, “redimiendo el tiempo”. “Días malos” probablemente fue una referencia al apocalipsis esperado, pero podemos reinterpretar la frase como un comentario sobre nuestro momento histórico. ¿Cómo se nos pide que “redimamos el momento presente” durante estos días de maldad?
Cada uno de nosotros y nuestras comunidades debemos responder a esta pregunta por nosotros mismos; estos versículos de la carta a los efesios pueden servir de inspiración. Veamos brevemente algunos temas clave que tocan algunos conceptos teológicos cristianos fundamentales. Primero, “Pablo” subraya que la fe cristiana es comunitaria. Uno no puede ser discípulo de Jesús solo. La antropología cristiana no admite una fe solitaria. El obispo Desmond Tutu lo expresó de esta manera: “No es ‘Pienso, luego existo’. Es más bien, ‘Soy humano porque pertenezco. Participo. Comparto.’”
En segundo lugar, los cristianos viven con límites. Nos sometemos a una disciplina caracterizada por el autocontrol. El autor insinúa un punto doble en su advertencia sobre beber vino: esto daña al cuerpo del individuo pero también al cuerpo corporativo. En otras palabras, las acciones de uno tienen consecuencias no solo para el individuo.
En tercer lugar, tenga en cuenta que este pasaje comienza con una mención de la sabiduría y termina con una mención del Espíritu. Estar “lleno del Espíritu” puede interpretarse como aprender los caminos de la Sabiduría. En la Biblia hebrea, los términos “sabiduría”, “palabra” y “Espíritu” eran intercambiables. Esta inspiración da fruto en una convivencia armoniosa con los demás en nuestras comunidades, lo que este autor simboliza con imágenes de cantar, tocar y dirigirse unos a otros en salmos.
- ¿Cuáles son los desafíos de nuestra cultura que enfrentan las nociones cristianas de comunidad, límites y vivir en el Espíritu de la Sabiduría?
Juan 6: 51-58
En un nivel, el Evangelio de esta semana trata sobre la Eucaristía. En otro nivel, estos versículos versos podrían interpretarse como un comentario sobre ser parte de la comunidad cristiana. Me gustaría centrarme en este último enfoque. Consideremos la palabra griega que Juan decidió usar para “carne”: sarx.
En el Nuevo Testamento, sarx se usa generalmente (pero no siempre) de manera negativa. La “carne” es a menudo una metáfora del egoísmo o de las acciones realizadas sin la sabiduría y la guía de Dios. Sarx también se refiere al aspecto blando, efímero, mortal, corruptible del ser humano. Curiosamente, Juan podría haber usado otra palabra, soma, que generalmente se traduce como “cuerpo”. En el Nuevo Testamento, este término se usa para describir el cuerpo resucitado y glorificado de Jesús y el cuerpo redimido del cristiano. Soma tiene una connotación positiva. Entonces, ¿por qué Juan eligió sarx sobre soma?
Las Escrituras usan la frase “cuerpo de Cristo” de tres formas distintas: el cuerpo físico de Jesús, la Eucaristía y el cuerpo de los creyentes. Soma es una palabra apropiada para las dos primeras, pero sugiero que sarx es apropiado para la tercera. Seguir a Jesús es formar parte de una comunidad y sabemos que no es una tarea fácil. Las comunidades son desordenadas, difíciles, corruptibles, disfuncionales y, a veces (como nuestros cuerpos carnosos) ¡apestan! Pero si vamos a tener la “vida” de la que habla Jesús, necesitamos ser alimentados con su carne, la comunidad. Tenemos que aprender a comer esta carne y beber esta sangre. Esta es de hecho una enseñanza difícil, y es la razón por la que muchos se alejan (¡sé que muchas veces he estado tentado a “escupir” esta comida y bebida!)
Finalmente, también podríamos oír en la enseñanza de Jesús que habla de “comer [su] carne” un llamado a ser una comunidad que es nutritiva y alimenta, no comida chatarra. Jesús necesita que cooperemos con su gracia para que nosotros, su cuerpo, podamos ser vida para quienes se alimentan de él.
- ¿Cómo podemos, en cuanto comunidad, ser un verdadero alimento y bebida para los demás y para el mundo?
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