Estudio Bíblico: Pentecostés 8 (B) – 14 de julio de 2024

LCR: Amós 7:7-15; Salmo 85:8-13; Efesios 1:3-14; Marcos 6:14-29

Amós 7:7-15

Amós, pastor, podador de sicomoros y, a pesar de sus protestas, profeta, trae malas noticias del Señor: Israel ha sido medido y probado con la plomada y se ha encontrado deficiente. Es comprensible la difícil situación en que se encuentra el sacerdote; Amasías está obligado a apoyar tanto a Dios como al rey, y le resulta más fácil despedir a Amós que hacer caso de sus advertencias y condenar al rey.

Tal vez en un grado menos grave, ésta es una situación en la que podríamos encontrarnos regularmente. Cuando nuestras lealtades a cualquier grupo temporal -país, partido, familia- chocan con nuestras lealtades a Dios, es muy, muy fácil evitar el problema, apartar o ignorar a cualquiera que haga sonar las alarmas, y esperar que Dios perdone u olvide. Pero al hacerlo, sabemos que estamos dañando nuestras almas.

• ¿Dónde has visto una dinámica similar?

Salmo 85:8-13

Los versículos iniciales de este salmo tienen un tono diferente: exponen brevemente la misericordia de Dios hacia su pueblo en la historia y oran por la misma liberación tanto de la ira mundana como de la divina. El salmista se compromete a escuchar el discurso (activo) de Dios, soñando con un mundo en el que el pueblo fiel siga la estela de Dios mientras la verdad, la justicia, la prosperidad, la misericordia, la paz y la verdad caracterizan sus vidas. ¡Qué día será éste! Los tiempos anunciados por la provocadora profecía de Amós han terminado, y el pueblo será recompensado generosamente por su fidelidad.

• ¿Por qué crees que Dios se preocupa por la justicia de su pueblo?

Efesios 1:3-14

Continuando con el tema de un Dios amoroso, justo y misericordioso, Pablo expone las características de nuestro Señor: es amoroso como un padre, misericordioso, redentor, perdonador, generoso, sabio, glorioso y mucho más. Y no sólo eso: este Dios misericordioso, redentor, perdonador, generoso, sabio y glorioso nos ha elegido libremente como hijos. Qué sorprendente: el mismísimo arquitecto del universo, por su propia voluntad, te ha llamado por tu nombre, te ha considerado hijo amado, te ha marcado con el Espíritu Santo, te ha hecho heredero. La próxima vez que te sientas abatido o desesperanzado, recuerda, aunque sea brevemente, que has sido llamado y marcado por el Dios del amor. Aunque eso no lo resolverá todo, te ayudará a mantener las cosas en perspectiva.

• ¿Qué significa para ti ser llamado hijo de Dios?
• ¿Qué responsabilidades conlleva ser nombrado heredero de Dios?

Marcos 6:14-29

En relativamente pocos versículos, tenemos una clase magistral de dinámica familiar grotesca. Herodes, contraviniendo la ley, se casa con la mujer de su hermano, Herodías. Juan el Bautista le echa en cara el escándalo, lo que provoca la angustia de Herodes y la ira de Herodías. Herodes mete a Juan en la cárcel para limitar el alcance de Juan y apaciguar a su mujer. En una fiesta de cumpleaños, Salomé, la hijastra de Herodes, baila tan bien para él y los invitados, que éste se siente obligado a ofrecerle todo lo que quiera. En consulta con su todavía afligida madre, la hija pide la cabeza de Juan el Bautista en una bandeja, a lo que él accede para salvar las apariencias ante los invitados a la fiesta. Dios nos libre de estas… ¡dinámicas malsanas!

Avancemos un poco: Herodes, probablemente todavía atormentado por el miedo y la culpa de este episodio, oye hablar de Jesús, un curandero errante. Supone que Juan ha resucitado y que su vida y su poder vuelven a estar amenazados. Esto prepara el terreno para futuras interacciones entre Jesús y el aterrorizado, atormentado por la culpa y atormentado Herodes.

• Ponte en el lugar de Herodes. ¿Cómo te sientes cuando oyes hablar de este Jesús que obra milagros entre su pueblo?
• ¿Cuándo has visto cómo la ira, la cólera y el miedo se descontrolaban?