Estudio Bíblico

Estudio Bíblico: Propio 12 (B) – 2012

July 29, 2012


2 Reyes 4:42-44

En este pasaje, se nos demuestran dos maneras de ver el mundo y sus recursos: la lógica de la escasez y de la abundancia. La primera es ilustrada por el siervo del hombre que ha proporcionado alimentos para el grupo, comprensiblemente incrédulo ante la sugerencia de Eliseo de que veinte panes y algunos cereales saciaron cien estómagos hambrientos. Eliseo, sin embargo, se limita a reconocer los dones que se han dado e insta a su justa distribución: “Den a la gente para que coma” (42). Y de acuerdo a la fidelidad de Dios y la sabiduría profética de Eliseo, hubo más que suficiente.

Hoy en día somos un pueblo paralizado, comprensiblemente abrumado por el peso de los problemas económicos terriblemente complejos. Si bien no pretendo sugerir que simplemente levantemos las manos al cielo para que por arte de magia el pan se multiplique, yo les retaría a que pasáramos de una lógica de la escasez, según la cual, porque nunca hay suficiente para todos, debemos proteger nuestro tesoro para asegurarnos de que nosotros y los más cercanos a nuestros seres queridos están a salvo, a una lógica de la abundancia y de la fidelidad. Si parece que nunca hay suficiente para todos, debemos preguntarnos por qué.

  • ¿Dónde ha visto la lógica de la escasez y de la abundancia ejemplificada por el siervo y por Eliseo evidente en nuestro mundo? ¿Cómo propondría usted cambiar nuestra cultura de una actitud a otra?

Salmo 145: 10-19

Nuestro salmo trata de la profunda conexión entre la adoración y el reino, de una postura fundamental de alabanza que orienta todo lo que existe hacia el Dios del cual proviene todo: “Todas tus obras te alaban, Señor, y tus fieles siervos te bendicen” (10). Y a pesar de que el salmista habla del  “poder” y del “dominio” de este Dios, es evidente que este reino de Dios se caracteriza por un tipo fundamentalmente diferente al poder a que estamos acostumbrados normalmente. El de Dios es un dominio sin dominación que ejerce un poder que el salmista alaba como el que “sostiene a todos los que caen, [y] levanta a los caídos” (15).

El sentido de la alabanza perpetua de la creación incluido en estas líneas de oración debe ayudarnos a ver que la adoración no es sólo algo que hacemos el domingo por la mañana, sino, en cambio, es más fundamental acerca de lo que es más importante para nosotros. Al rezar este salmo debe dar lugar a una profunda contemplación de nuestro propio culto, una re-evaluación del reino(s) al que activamente declaramos fidelidad, ya que no es una cuestión de si adoramos, sino de lo que. Si tenemos oídos para oír, tal vez podemos percibir en la creación un murmullo con alabanza, la doxología tranquila en el corazón de toda criatura.

  • ¿Cómo definiría o caracterizaría a la adoración? ¿Cómo valoría la adoración de su vida a la luz de la rica definición que el salmista presenta aquí? ¿Cómo podemos reflejar de manera más activa en nuestras liturgias el sentido más amplio, normativo de culto representado por este salmo?

Efesios 3:14-21

¿Cuántas veces ha oído decir: “Oh, si tan sólo fuera más realista?” Me parece que nuestra cultura cada vez más adjudica todo, desde las pretensiones de la verdad a las propuestas de la política basadas en lo “realistas” que parecen ser. Pero realmente ¿cuál debiera ser el testimonio de los cristianos en la esfera pública: el realismo, o una esperanza valiente y audaz? ¿Qué decir de la doxología final de nuestro pasaje de Efesios: “Y ahora, gloria sea a Dios que tiene poder para hacer muchísimo más de lo que nosotros pedimos o pensamos, por medio de su poder que actúa en nosotros. ¡Gloria a Dios en la iglesia y en Cristo Jesús, por todos los siglos y para siempre!?”

Nuestra tradición teológica ofrece una afirmación profunda y duradera del sufrimiento, la finitud y el pecado, todo lo cual ofrece un valioso chequeo a un humanismo insulso que asume que la historia humana está perpetuamente en alza. Pero también habla de un Dios que siempre nos está levantando de esas condiciones, y que nos da el bien de la propia vida de Dios por la gracia, capacitándonos para participar en el movimiento de Cristo a través de la historia. Esta es la tensión escatológica que debemos encarnar, como miembros vivos del Cuerpo de Cristo, manteniendo una honestidad sorprendente acerca de la condición humana, mientras que confiamos nuestras  más locas e increíbles esperanzas al Dios que se niega a aceptar nuestras definiciones lamentables de lo posible.

  • ¿Ha experimentado alguna vez de alguien la evaluación de lo que es y no es “realista” como asfixiante o decepcionante? ¿Cómo cree que podemos determinar lo qué es y no es “realista”, y cree usted que fijamos estas definiciones de una manera decididamente poco realista? ¿Por qué cree que nuestra cultura valora el realismo más que la imaginación, y qué papel siente que la iglesia juega en este esquema?

Juan 6:1-21

Cuando crecía, la historia de Jesús alimentando a cinco mil fue una de esas de los libros de cuentos de asombro y admiración de la confirmación de la divinidad de Cristo y del poder milagroso. De hecho, mucha tinta se ha derramado sobre exactamente esta pregunta, sea o no, la multiplicación literal de los panes y los peces en realidad lo que esta historia representa. Sin embargo, al leer el relato que se nos ofrece hoy por el Evangelio de Juan, estoy menos preocupado por la búsqueda de este debate para acomodar a Jesús con una “realidad” científica y más por lo que, a primera vista, parece como una cláusula de  tirar: “Entonces Jesús tomó los panes, y habiendo dado gracias, los repartió entre los que estaban sentados, así también los peces, todo lo que quisieran” (11). Sea lo que sea que está sucediendo en este pasaje depende de esto, de dar gracias.

Lo que la NRSV traduce aquí como “dado gracias” es una forma del verbo griego eucharisteo, de la cual obtenemos una palabra con la que los episcopales estamos íntimamente familiarizados: “Eucaristía”. Y se me ocurre que esto de Jesús dar gracias por los regalos dados por un muchacho, conduce a un cruce de todos nuestros temas anteriores tratados. Se trata de una audaz declaración de una lógica de la abundancia enraizada en una acción de gracias por los dones sagrados que cortocircuitan nuestras concepciones ordinarias de la posible, y todo de una manera que invoca para nosotros un sacramento que celebramos cada semana en las iglesias de todo el mundo. Hagamos de la Eucaristía nuestra nueva imaginación.

  • ¿Por qué dones usted, su familia, y/o su congregación dan gracias? ¿Cómo podría la fiesta escatológica de la Eucaristía ofrecernos una visión de la abundancia y la fidelidad comparable a Jesús alimentando a los cinco mil? ¿Cómo puede el dar gracias disolver los impasses – sean políticos o no – que ahogan e impiden el florecimiento humano?

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Contacto:
Rvdo. Richard Acosta R., Th.D.

Editor, Sermones que Iluminan

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