Estudio Bíblico: Propio 13 (C) – 2016
August 01, 2016
Oseas 11: 1-11
Es sorprendente ver la vulnerabilidad emocional y la pasión de Dios en este pasaje. Olvide cualquier noción de Dios como observador distante, no afectado. Dios nos quiere con poderosa pasión. Israel es el hijo rebelde que continuamente rompe la relación con Dios, y el dolor de Dios es casi palpable en el pasaje de hoy de Oseas. Es como si Dios estuviera diciendo: “Israel, tú eres mi hijo que te saqué del desierto, y sigues vagando adorando a otros dioses. Estás rompiendo mi corazón. Pero no voy a claudicar. ¿Cómo puedo olvidar a mi hijo amado? ”
Las palabras de Dios son tan ciertas para nosotros, como lo son para Israel. ¿No somos los hijos de Dios, que fuimos rescatados del desierto mediante las aguas del bautismo? Pero a veces fallamos. Perdemos de vista de quién somos y hacia dónde nos dirigimos como hijos amados de Dios. Nuestro deambular es el mismo que el de Israel: somos ajenos al amor de Dios, que nos persigue con tanto empeño. Pero nuestra esperanza es también la misma que la de Israel: confiar en el Dios que gentilmente nos busca en lugar de nosotros mismos o en cualquier otra cosa en la que podríamos estar tentados de poner nuestra confianza.
- ¿Cómo ha sentido que Dios ha buscado relacionarse con usted esta semana?
- ¿Cómo puede practicar en poner su confianza en Dios?
Salmo 107: 1-9, 43
Recientemente trabajé en un campamento de verano donde ayudé a niños pequeños a familiarizarse con la piscina. Iban de cinco a ocho años, y muchos de estos niños nunca habían nadado antes. Cada niño se sentaba en el borde de la piscina y esperaba su turno para ser llevado a través del agua de la piscina. Lo que me sorprendió fue el rápido progreso que algunos de estos niños fueron capaces de hacer en su nivel de comodidad en el agua. Algunos de los niños confiaban en mí lo suficientemente para que les permitirá darse la vuelta ellos mismos y flotar de espaldas. Creyeron que era digno de confianza lo que les permitía confiar en que les llevaría a través del agua.
Las aguas de nuestra vida pueden ser profundas y francamente aterradoras. Pero si confiamos en que Dios es bueno, podemos permitirnos ser transportados, incluso en las más violentas aguas.
- ¿Usted cree que Dios es fundamentalmente bueno como dice el salmista?
Colosenses 3: 1-11
Esta sección de la carta a los Colosenses tiene que ver con una reorientación radical de la identidad personal. Imagínese que usted conoce a alguien por primera vez. Usted comienza a presentarse, pero en lugar de comenzar por dónde nació o lo que hace para ganarse la vida, le dice que es una parte de Cristo. Su identidad como parte de Cristo es tan fundamental que se convierte en el factor principal en la forma de pensar de sí mismo. Eso es lo que el autor de Colosenses describe cuando escribe “habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios”.
Es esta identificación con Cristo la que enmarca nuestras vidas. Es la base para nuestras vidas éticas: estamos en Cristo y, como parte de él, que es verdadero y bueno, lo único que tiene sentido es abandonar todo lo que en nuestras vidas no refleje quién él es.
- ¿Qué significa abandonar todo lo que en sus vidas que no refleje a Cristo en nosotros?
Lucas 12: 13-21
“¡Cuídense! Estén en guardia contra todo tipo de avaricia; porque la vida no consiste en la abundancia de posesiones”. La advertencia de Jesús no podría ser más oportuna.
Hace poco oí a un obispo decir que la religión más grande de América es el consumismo. Nos pidió hacer una pausa y reflexionar sobre el hecho de que todas nuestras fiestas nacionales: Navidad, Acción de Gracias, el Memorial Day, etc. están dedicadas a las compras. Nuestras fiestas nacionales son ocasiones para comprar más cosas que, lo más probable es que no las necesitemos. Y luego trabajamos más para obtener más dinero para comprar más cosas que realmente no necesitamos. El ciclo continúa hasta que nos encontramos robados de la realidad de vivir nuestras vidas, reducidos a anticipar la próxima compra.
Pero esta no es la vida. La advertencia de Jesús es una buena noticia que nos invita a vivir realmente la vida que Dios quiere: una vida de amor que se entrega en relación con Dios, con nuestros vecinos, y con la creación.
- ¿De qué manera se entrega usted a la necesidad de una “abundancia de posesiones?”
- ¿De qué manera se puede llegar a ser “rico para con Dios?”
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