Estudio Bíblico

Estudio Bíblico: Propio 16 (C) – 2016

August 22, 2016


Jeremías 1: 4-10

Para los lectores interesados en aprender acerca de la profecía bíblica, la descripción de la llamada del profeta Jeremías merece estudio cuidadoso. Considere la posibilidad de leer este pasaje junto a otros tres: Deuteronomio 18 con su asesoramiento para el reconocimiento de los auténticos profetas; Éxodo 4 con la descripción de Moisés resistiendo la llamada a la profecía; e Isaías 6 con la visión de serafines y un carbón ardiente tocando la boca del profeta. Además de estos pasajes, el llamado de Jeremías parece sorprendente por el cuidado con que coloca al profeta en un molde al estilo de Moisés y por cuán íntimamente el Señor llama a Jeremías. No hay aquí serafines ni carbones ardientes, o incluso zarzas ardiendo; sólo la “palabra del Señor”, diciendo que Jeremías ha nacido para la tarea que le espera.

“Antes de formarte en el vientre te elegí,
y antes de salir del seno materno, te consagré;
te nombré profeta de las naciones”.

  • Pero los lectores no tienen que acercarse a este pasaje con curiosidad acerca de la profecía o incluso con el deseo de aprender más acerca de Jeremías. Pues la narración del llamado de Jeremías plantea una cuestión más universal: ¿Me está llamando Dios?
  • ¿Se ha sentido llamado por Dios alguna vez?
  • Jeremías oye la llamada del Señor y protesta: “¡Ah, Señor! En verdad yo no sé hablar, porque soy solo un niño”. ¿Qué excusas encontramos que nos impidan vivir la vida que Dios nos llama a vivir? ¿Cómo podemos aprender a superarlas?

Salmo 71: 1-6

El rico lenguaje de los salmos a veces puede ser difícil de analizar, con la acumulación de metáforas se hace resbaladizo. En estos seis versos, Dios es descrito de una manera abstracta (como la esperanza, la confianza, la fuerza); concretamente (como una roca de refugio, un castillo, un risco); como objeto de peticiones de un suplicante (de estar libre de vergüenza, libre de los opresores, y simplemente para ser escuchado) y como objeto de elogio.

Como sucede a menudo en la poesía bíblica, los rasgos literarios del texto adquieren fuerza teológica y significado. Cualquiera que sea la amenaza a que nos enfrentamos, por fuertes que sean las garras del malhechor y del opresor o por débiles que nos sintamos para oponernos a ellos, Dios puede ser nuestro refugio. La gama de metáforas sugiere la amplitud del poder de Dios y la amplitud de la misericordia de Dios, y que ambos, afortunadamente, son lo suficientemente amplios en su alcance incluso para usted y para mí.

  • ¿Cómo puede ser una fe firme baluarte contra la vergüenza y protectora contra los poderes que nuestros enemigos tratan de ejercer sobre nosotros? ¿Se puede pensar en un caso en que esto haya sido cierto para usted?
  • ¿Cómo podemos volvernos a Dios para que nos mantenga en la seguridad cuando nuestros enemigos no son otras personas, sino más bien aspectos de nosotros mismos (por ejemplo, el amor a chismorrear, nuestra amarga envidia, nuestro increíble egoísmo)?

Hebreos 12: 18-29

Después de contrastar el monte Sinaí y el monte Sión y el antiguo y nuevo pactos, el autor de hebreos se dirige a nosotros: “Mirad que no desechéis al que habla…”

Es seguro asumir que los cristianos más maduros han conocido ocasiones cuando la voz de Dios parecía, durante algún tiempo de todos modos, que había caído en el silencio. Las aparentes ausencias de Dios, ya sean reales o imaginarias, pueden provocar crisis espirituales que nos pueden conducir de la creencia – o (si somos sabios o tenemos suerte), a nuevas formas, más profundas de  fe.

Este pasaje sugiere otro tipo de crisis, uno provocado no por el silencio de Dios, sino por la claridad de Dios. Es seguro asumir que los cristianos más maduros han encontrado también este tipo de dilema: cuando la Escritura no puede ser más clara; cuando nuestra conciencia nos despierta al sufrimiento del otro; cuando la oblea y el vino que recibimos en el comulgatorio se vuelven para nosotros en el cuerpo y la sangre de Cristo. ¿Cómo podemos entonces negarnos obstinadamente a responder a la voz de Dios? ¿Cómo pueden la reverencia y el temor desvanecerse hasta el punto de volvernos a nuestras entumecidas rutinas de descuido y de pecado? El autor de la carta a los hebreos nos insta a dar respuesta a estos casos de claridad con firmeza y agradecimiento. Que Dios nos ayude a hacerlo.

  • ¿Qué prácticas espirituales le han ayudado en los casos en los que la voz de Dios le parecía a usted silenciosa?
  • ¿Qué prácticas han ayudado a nutrir su agradecimiento a Dios?

Lucas 13: 10-17

“Sin embargo, el líder de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, decía a la multitud: ´Hay seis días en que se debe trabajar; vengan a hacerse sanar esos días y no en sábado”.

¿Por qué es el líder de la sinagoga está tan indignado? ¿Siente que su propia autoridad se ve amenazada por el despliegue de amor y poder de Jesús? ¿Está sinceramente preocupado de que la aparente (y pública) violación de una de las leyes de Dios pueda debilitar la voluntad de su pueblo a que se adhieran a otros?

Tal vez esté preocupado por la pérdida de miembros que hagan promesas de contribuciones. Si es así, tiene algo en común con los de nosotros hoy día que a veces miramos en torno a nuestros bancos, los domingos por la mañana, con pensamientos inseguros zumbando acerca de  los que no están en la iglesia, en vez de estar atentos a los que están. En una época de la caída del número de miembros, tal vez este pasaje deba ser leído como una advertencia acerca de cómo el miedo por la seguridad de una institución pueda cegarnos a la actividad de Dios en el mundo.

  • O tal vez no debiéramos ser tan rápidos en descartar al jefe de la sinagoga. “Hay seis días en los que se debe trabajar; vengan a hacerse sanar esos días”. Sin duda, se equivocó sobre el séptimo día, pero ¿no nos equivocamos los otros seis? Jesús es el gran médico, pero ¿no nos comportamos con demasiada frecuencia como si su oficina estuviera abierta solo durante una hora más o menos los domingos por la mañana?
  • ¿Qué prácticas le ayudan a crecer espiritualmente durante la semana? ¿Qué otra cosa valdría la pena probar?
  • ¿Cómo guarda el santo día de reposo?

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Contacto:
Rvdo. Richard Acosta R., Th.D.

Editor, Sermones que Iluminan

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