Estudio Bíblico: Propio 21 (A) – 2017
October 01, 2017
Éxodo 17:1-7
Cualquiera que haya estado en una posición de liderazgo puede relacionarse con el dilema de Moisés en este pasaje. Actuando con fe y con guía divina, está llevando a su pueblo de la esclavitud a la tierra prometida. Moisés podría ser tentado por el potencial de poder personal, pero realmente nunca tiene una oportunidad. En cambio, se encuentra en una situación de “¡no disparar al mensajero!” cuando hay escasez de agua para su pueblo. Su pueblo hizo lo que el pueblo hace: se quejó, se peleó y se volvió contra Moisés. Y Moisés, a su vez, buscó la atención del Señor en su frustración, preguntándole: “¿Qué haré con este pueblo?” Como se puede ver, la narración se centra más en la pelea y la culpa que en lo vital, el agua viva. La instrucción que Moisés recibe del Señor no trata de cómo liderar al pueblo, sino de cómo sacar esa agua vivificante en abundancia de un lugar de aparente escasez. Y, no es de extrañar, la fuente de esa agua es el Señor, “Estaré parado allí delante de ti…” recordándonos la presencia eterna de Dios, incluso en tiempos en que estamos resecos, peleones y dudosos.
- ¿Cuáles son las querellas y quejas que nos pueden impedir experimentar el amor providencial de Dios?
- ¿Cuándo has notado una abundancia inesperada, exactamente cuando más la necesitabas? ¿Dónde estaba Dios en ese momento?
Salmo 78:1-4, 12-16
En estas secciones del Salmo 78, se puede ver el relato del Éxodo entretejido en la vida y el contexto más amplio del pueblo de Israel. El Salmo 78 se caracteriza a menudo como un pacto o salmo litúrgico. No es un lamento ni un canto de alabanza, estos salmos fueron utilizados para caracterizar el culto público del pueblo como comunidad de fe. Este salmo relata las obras dignas de alabanza de la intervención divina: la liberación de la opresión, la división del mar, la conducción con una nube, la apertura de las rocas para proporcionar agua. Este ritual de recordar y volver a contar es un acto de culto comunitario. Es, quizás, lo contrario a la queja egoísta porque llama la atención del reconocimiento comunitario de Dios, cuyas obras son mayores que lo que cualquiera de nosotros individualmente pudiera lograr.
- ¿Cuál es la historia más antigua que recuerdas haber oído acerca de la providencia de Dios sobre el pueblo de Dios de las Escrituras Hebreas? ¿Qué es lo que destaca de estas “Historias de la Escuela Dominical” para nosotros hoy?
- ¿Cuáles son las obras de Dios hacia el pueblo de Dios que deben ser recordadas y vueltas a contar a nuestros propios hijos y a los hijos de nuestros hijos?
Filipenses 2:1-13
“… tengan el mismo pensar, tengan un mismo amor, un mismo espíritu, un único sentir”.
Hay muchas veces en nuestras vidas contemporáneas cuando parece que ser de un mismo pensar es una realidad imposible. Las diferencias políticas e ideológicas nos empujan en direcciones diferentes y llenan nuestras mentes con sonidos de retórica divisiva. Y sin embargo, el lenguaje de esta Epístola a los Filipenses nos dice que seamos de un mismo pensar, que tengamos el mismo amor y que hagamos todo esto a causa del lujoso y amoroso ejemplo establecido por Jesucristo. Es desalentador leer palabras escritas hace miles de años y sentirlas todavía convenciendo a nuestros corazones y exhortando nuestras acciones acerca de cómo ser Iglesia en el mundo. En el centro de los recordatorios de esta epístola se encuentran las virtudes de la humildad y el servicio. O, en otras palabras, “¿es mejor tener razón, o ser amable?” Hay lecciones en esta epístola para las juntas parroquiales, para los líderes de la iglesia, para nuestras propias reflexiones devocionales. Jesús es nuestro ejemplo: ¿cómo encontramos la humildad para vivir según ese ejemplo en lugar de sucumbir a nuestros propios deseos y necesidades?
- ¿Cómo nos instruye nuestro pacto bautismal que actuemos con el mismo pensar y el mismo amor de Cristo? Nombra ejemplos de la forma en que has observado este pacto vivido en tu vida tanto en la iglesia como en el mundo.
- ¿Cuáles son las áreas en las que luchas por ser del mismo pensar y del mismo amor que Cristo y los unos con los otros: como persona, como parroquia y / o como Iglesia? Menciona estas áreas y considera la manera de mantener en tus oraciones tanto la división como la posibilidad de reconciliación en Cristo.
Mateo 21:23-32
Esta lectura del Evangelio se desarrolla casi como una escena teatral: Jesús se enfrenta a una pregunta y responde con otra pregunta que se lanza casi como una pelota de tenis entre los funcionarios y la gente. Entre bromas sobre cómo responder a la pregunta y lo que esa respuesta podría implicar, rápidamente queda en evidencia que lo que se le planteaba a Jesús, cuando se acercaba, era más una trampa que una pregunta honesta. Y así es cómo Jesús usa una parábola para ilustrar más la locura de nuestros intentos de agradar a otros (o Dios), que terminan revelando nuestra propia falta de fundamentación moral. Jesús ilustra lo que podríamos llamar la “pregunta detrás de la pregunta” para suprimir toda la pretensión y romper la retórica en torno a lo que se debe decir, para revelar las verdaderas intenciones de uno. La realidad casi incomprensible es que Dios no nos pide que digamos y hagamos lo que pensamos que agradará a Dios. Dios nos pide que vengamos, humilde y honestamente, exactamente como somos con nuestros corazones abiertos al amor transformador de Dios.
- ¿Cuáles son los momentos en nuestras vidas donde nuestros labios están diciendo “sí” a Dios, pero nuestras obras no están siguiendo? ¿Cómo podemos alinear nuestro decir-sí con nuestro sí-obrar?
- ¿Cómo podemos hacer preguntas a los demás con franqueza, invitando a la conversación genuina sin esperar una respuesta particular? ¿Cómo se aplica esto a nuestras vidas de oración y a nuestras vidas de servicio cristiano?
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