Estudio Bíblico

Estudio Bíblico: Propio 24 (C) – 2016

October 17, 2016


Jeremías 31: 27-34

Las palabras del profeta ilustran vívidamente la tan esperada comunidad de la nueva alianza a un pueblo que ha estado sufriendo el alejamiento de Yahveh durante muchos años. Los versículos del 27 al 30 de utilizan una metáfora potencialmente confusa para describir una queja común, a saber, que las generaciones inocentes del pueblo de la alianza de Dios están languideciendo como castigo divino por los pecados de sus antepasados. En el futuro, Jeremías nos dice, solo aquellos que coman las uvas agrias de la desobediencia experimentarán los resultados preocupantes.

El versículo 31 es el único lugar del canon del  Antiguo Testamento donde encontramos la particular frase traducida aquí como “una alianza nueva”.  Los próximos tres versículos, a continuación, pueden proporcionarnos una visión significativa única de esta nueva alianza desde una perspectiva profética que está firmemente situada dentro (y da crédito) de la comunidad de la primera alianza. Esta nueva alianza será iniciada por Yahveh, que va a escribir la ley en el corazón de cada persona y perdona todos los pecados.

  • Considere el concepto de la ley de Dios escrita en los corazones humanos. ¿Cómo podría una ley divina intuitiva, única y personal ser, más o menos, útil / interpretable/valiosa que estando físicamente escrita?
  • El versículo 34 habla de conocer al Señor. ¿Qué clase de conocimiento que se está describiendo? ¿Es un conocimiento intelectual de la existencia de Dios, o hay algo más en el conocimiento de que habla Jeremías?

Salmo 119: 97-104

Estos versículos son sin duda hermosos. Sin embargo, los lectores de hoy pueden encontrarse confundidos en medio de esta alabanza sin límites de la ley divina. Los cristianos estadounidenses tienden a no asociar palabras como ley, mandamientos y decretos con conceptos como el amor y la dulzura. En términos generales, no nos gusta que se nos diga qué tenemos que hacer (¡incluso si Dios es el que nos lo dice!).  Pero el salmista no tiene esa preocupación. Estos versículos celebran y se alegran en la ley, no tanto como un documento escrito de reglas a seguir, sino como una revelación dinámica y muy valiosa de la voluntad y del carácter de Dios en beneficio de las vidas humanas.

  • Compare y contraste la expresión “meditando” del versículo 97 con la descripción de la ley que está escrita en el corazón, según Jeremías 31:33. ¿Cómo estas dos metáforas se complementan entre sí, y qué diferencias de matices se pueden deducir?
  • ¿Qué podría enseñarnos esta efusiva celebración de los mandamientos divinos si la consideramos a la luz de los mandamientos de Jesús, según constan en los Evangelios? ¿Dónde podemos encontrar dulzura con facilidad, y donde estamos desafiados a encontrarla?

2 Timoteo 3:14 – 4: 5

La segunda carta de Pablo a Timoteo logra un tono más personal, casi paternal, que el de la primera carta. En 3: 14-15, Pablo se refiere a los años más jóvenes de Timoteo y a las personas que primero le enseñaron acerca de Dios, a saber, su madre, Eunice, y su abuela, Lois. Pablo mismo fue más tarde instructor de Timoteo (de ahí el tono paternal), y su reconocimiento de la importancia fundamental de las enseñanzas de Eunice y de Lois puede servir para solidificar su énfasis en el papel de las escrituras hebreas en relación con el evangelio de Cristo. El Antiguo Testamento (aunque, por supuesto, Pablo no hubiera usado ese lenguaje) no debe ser descartado o ignorado, más bien, es divinamente inspirado y útil perpetuamente al lado del evangelio.

En 4: 1-5, Pablo anima a Timoteo a permanecer firme en su ministerio del evangelio, con especial atención al desafío del “halago de los oídos” (v. 3). Este “halago de los oídos”  no indica necesariamente intenciones maliciosas o destructivas por parte del oyente. Los oídos pueden ser halagados por curiosidad, intriga, o excitación, pero el resultado potencial del halago es un desastre espiritual. Nuestro “halago de los oídos” nos puede llevar lejos del reto, reservando el evangelio a los más agradables, pero vacíos mitos que nos rodean.

  • ¿Cómo nos reta la descripción de Pablo del Antiguo Testamento como sagrado e inspirado, en particular con respecto a los lugares donde podemos detectar una diferencia entre los mensajes del Antiguo Testamento y las palabras de Jesús?
  • ¿Qué hace que nuestros oídos sean “halagados”, y qué prácticas o estrategias pueden ayudarnos a resistir esos halagos?

 Lucas 18: 1-8

La parábola de la viuda y el juez injusto no aparece en ninguno de los otros evangelios canónicos. Igualmente intrigante es la afirmación del autor en el primer versículo de la lectura. ¿Por qué se preocupó Lucas de contar toda la parábola, cuando ya nos ha dicho que quiere decir que debemos “orar siempre sin descanso”? Tal vez haya más profundidad a esta parábola de lo que se indica en el versículo primero.

Considere el juez y la viuda. Este juez parece ser lo contrario de lo que debería ser un juez; mientras que un juez, en este contexto, debería estar del lado de la viuda y debería usar su poder para hacer justicia a la luz de las leyes de Dios y en favor de los necesitados, este juez ¡no se preocupa por la viuda, o por sus problemas, o incluso por Dios! Y la viuda, que es impotente en su sociedad, utiliza los únicos medios que tiene a su disposición, la persistencia y la honradez.

El juez finalmente falla en favor de la viuda, no porque él se preocupe por la justicia, sino porque la honradez y la persistencia son un problema para él. El lenguaje del versículo quinto, donde el juez dice que la viuda le “fastidia” y puede  llegar a “agotarle la paciencia” trayendo repetidamente su queja, tiene algunas traducciones alternativas curiosas como “desacreditando”, “incomodando”, e incluso “¡golpeando [al juez] en la cara!” Así, la viuda, convencionalmente impotente, ha logrado un poder justo y dado lugar a la justicia y a la reivindicación a través de su persistencia y honradez.

  • ¿Dónde podríamos ver demandas persistentes de justicia por parte de aquellos que carecen de poder convencional en nuestras propias comunidades, y cómo se nos pediría que participáramos y /o respondiéramos?
  • Jesús termina la parábola con una pregunta sorprendente: “Cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará fe en la tierra?” ¿Cómo podemos apoyarnos mutuamente con persistencia, honradez y fe a pesar de la tragedia, la injusticia y la división?

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Contacto:
Rvdo. Richard Acosta R., Th.D.

Editor, Sermones que Iluminan

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