Estudio Bíblico: Propio 25 (A) – 2017
October 29, 2017
Deuteronomio 34: 1-12
Funcionalmente, este pasaje habla de la conquista geográfica que los israelitas han logrado, y el paso del poder de Moisés a Josué. Sin embargo, creo que la parte más intrigante se da solamente al final: “Nunca ha surgido un profeta en Israel como Moisés, a quien el Señor conoció cara a cara”. Esta idea de que Dios nos conoce cara a cara es muy atractiva para mí. Hay una intimidad – una cercanía – de mirar a los ojos a alguien, y no puedo dejar de preguntarme cómo era esa clase de intimidad entre Dios y Moisés.
- ¿Quién nos conoce cara a cara en nuestras vidas? ¿Cómo puede Dios conocernos así también? Cuando alguien nos mira cara a cara, ¿de qué nos alejamos?
Salmo 90: 1-6, 13-17
Este salmo tiene que ver con el tiempo. Habla del tiempo antes de que los montes fueran creados, y del tiempo en que volveremos a la tierra y nos convertiremos en polvo. Dios, sin embargo, es atemporal a través de todo ello – “desde siempre y por siempre, tú eres Dios”.
Me recuerda algo que Audre Lorde dijo que el tiempo no es lineal, sino más bien como un océano. El pasado, el presente y el futuro se tocan mutuamente en nuestra conciencia y en nuestras experiencias. De esta manera, Moisés está cerca de nosotros porque está sujeto por Dios, lo mismo que nosotros. Todos los cristianos que han pasado, todos los que vinieron antes, y todos los que vendrán después de nosotros, y todos nosotros ahora, nos mantenemos unidos por Dios, que es inmutable y constante.
- ¿Cómo recordamos a Dios diariamente? ¿Cómo nos esforzamos por ser fieles a Dios como Dios nos es fiel?
1 Tesalonicenses 2: 1-8
Hay algo que me atrae en muchas de las epístolas. Creo que es porque me encanta mucho recibir correo. Estoy enamorada, en cierto modo, con la idea de que las iglesias se escriban unas a otras alentando en la fe; no siempre me gusta lo que Pablo dice, sino la idea detrás de ella, de que juntos somos fortalecidos como el cuerpo de Cristo, me es muy atractiva. Aquí, en una de las cartas más pastorales, Pablo habla con la comunidad acerca de su amor por ellos. Habla acerca de cuán queridos son los tesalonicenses y lo mucho que quiere compartir el evangelio con ellos.
- ¿Con quién quieres compartir el evangelio? ¿Quién está cerca de tu corazón?
Mateo 22: 34-46
En este evangelio, vemos el amor como el mayor mandamiento. Aquellos que están tratando de engañar a Jesús son respondidos con amor, que el mandamiento más grande es amar a Dios y luego a los demás. En este evangelio, amar a Dios y amarnos los unos a los otros está intrínsecamente ligado entre sí. Me gusta que amemos y sirvamos a Dios, en parte, amando y sirviéndonos unos a otros. También me hace pensar en cómo definimos la iglesia. Seguramente, deberíamos estar amando y sirviendo a los demás todo el día. Tal vez es por sonreír y decir gracias al café barista en la mañana, o tal vez podemos invitar hoy a alguien a almorzar, o tal vez podemos ofrecer nuestro tiempo y nuestros corazones y estar presente con un compañero de trabajo o amigo que pasa por un mal momento o quizá podamos cocinar la cena para otra persona, las oportunidades son infinitas. Estamos en un mundo necesitado, que nos da la oportunidad de conocer y amar a Dios donde quiera que vayamos.
- ¿Cómo serviste a Dios hoy? ¿Cómo amaste a otro?
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