Estudio Bíblico: Propio 27 (C) – 2013
November 11, 2013
Hageo 1:15 b-2: 9
Admítelo, tenías que comprobar la tabla de contenido de la Biblia para encontrar el libro de Hageo. Uno de los menos conocidos profetas, Hageo fue escrita aproximadamente 70 años después de la destrucción del templo y el exilio de Babilonia, ya que muchos Judíos estaban regresando a su patria. Como tal, el libro de Hageo está menos interesado en cuestiones de exilio que en la recuperación y reconstrucción de la tierra. Específicamente, Hageo profetiza sobre la importancia de la reconstrucción del templo. En el segundo capítulo de Hageo, el pueblo de Judá parece muy impresionado con el comienzo de la reconstrucción del templo.
En el pasaje de hoy, Hageo está amonestando al pueblo de Judá para que mantengan la fe, que Dios ayudara a reconstruir el templo el cual será aún más espléndido que el primero. Esto debe haber parecido contradictorio a la gente. Ellos estaban luchando hasta para satisfacer las necesidades básicas. ¿Cómo iban a reconstruir el templo en forma gloriosa? Hageo recuerda al pueblo de la gran promesa de la fidelidad de Dios al pueblo escogido de Dios. El trabajo de reconstrucción del templo es en última instancia, la obra de Dios, no el trabajo de la gente.
- ¿Cuáles son las formas en las que nos desanimamos cuando nuestros intentos de hacer la obra de Dios en el mundo son aparentemente infructuosos? ¿Cómo podemos replantear nuestro desánimo en ejercitar la fe?
Salmo 145:1-5, 18-21
El Salmo 145 es un himno a la gloria de Dios. El último salmo atribuido a David, precede al último grupo de canciones de alabanza que termina el libro de los Salmos. Es efusivo en su elogio a Dios y en las obras de Dios en el mundo. Pinta una imagen de Dios que es sensible y activa en el mundo, digno de alabanza sin fin. “Voy a reflexionar sobre el glorioso esplendor de tu majestad y todas sus maravillas”.
Sin embargo, a veces esta alabanza efusiva puede ser difícil de escuchar, difícil de decir. Qué difícil debe ser para el de largo sufrimiento escuchar “Él cumplirá el deseo de los que le temen; Él escucha su clamor y les ayuda” Puede ser difícil conciliar el Dios de acción que se describe en el Salmo 145 con el Dios, cuya acción puede ser difícil de discernir. Quizás la clave para reconciliar los dos se encuentra en el versículo 2: “Cada día te bendeciré y alabaré tu nombre eternamente y para siempre”.
Incrustado en esta canción de alabanza hay un llamado a la fidelidad. Estamos llamados a seguir alabando a Dios y confiar en las buenas obras de Dios, incluso cuando no tenemos la evidencia para verlos.
- ¿Cuáles son los desafíos que enfrenta en alabar a Dios efusivamente? ¿Qué le detiene?
- ¿Cómo podría una práctica diaria de alabar a Dios transformar los tiempos de desánimo y sufrimiento? ¿Qué haría falta para alabar a Dios plenamente en los momentos más difíciles de nuestra vida?
2 Tesalonicenses 2:1-5, 13-17
Este pasaje de la segunda carta de Pablo a los Tesalonicenses aborda un tema clave que viene de los evangelios. ¿Cuándo llegará el Reino de los Cielos? Mucha gente creía que con la venida del Mesías, el fin era inminente. Pablo advierte a los cristianos primitivos no creer a los que dicen saber que la venida del reino está cerca. Él esencialmente nos recuerda que no nos adelantemos y permanezcamos presentes en nuestras vidas terrenales.
En la segunda parte del pasaje, Pablo ofrece agradecimiento de que Dios ofrezca salvación. Este agradecimiento se hace eco en pasajes similares en 1ra de Tesalonicenses. También se invoca imágenes de los hijos de Israel en las Escrituras Hebreas. Dios escogió hacer promesas a los israelitas así como Dios escogió entonces ofrecer la salvación a los que creen en Cristo. Pablo parece estar animando a los cristianos de Tesalónica a mantenerse firmes en sus creencias y sus prácticas a pesar de que no se han cumplido sus esperanzas para la venida del reino de Dios.
- ¿Cuáles son las formas en que se adelanta a sí mismo y se centra en la recompensa prometida y no en su vida diaria?
- ¿Cómo podemos tener fe en las promesas de Dios, incluso cuando no vemos o experimentamos la recompensa?
Lucas 20:27-38
Este pasaje continúa una larga lista de recordatorios de Lucas al cual no ponemos valor en los lugares correctos en nuestras vidas terrenales. Los saduceos eran una secta judía aristocrática en tiempos de Jesús, en contraste a menudo con los fariseos. Los historiadores describen a los saduceos como groseros con frecuencia con sus compañeros. Como el pasaje indica, ellos no creían en la resurrección del cuerpo o del alma. Ellos tendieron una trampa a Jesús invocando al requisito de la Torá que si un hombre muere antes de tener hijos, uno de sus hermanos deben casarse con su esposa. Se esperaba que la mujer tenga un hijo para que la familia del hombre, y las tenencias de propiedad, puedan continuar.
Sin embargo, Jesús evita hábilmente la trampa de los saduceos establecidas para él cuestionando los motivos de la pregunta. Jesús nos recuerda que el cielo no será como la tierra. No somos capaces de comprender lo diferente que será el cielo de nuestra existencia terrenal. No llevaremos las cosas que valoramos en la vida terrenal a la otra vida. Este refuerza los mensajes anteriores de Lucas acerca de la importancia de compartir nuestra abundancia terrenal con los pobres y los que sufren.
- ¿Cómo te imaginas el reino de Dios en el cielo? ¿Cómo se compara a su vida terrenal?
- ¿A qué partes de su vida terrenal le da demasiado valor?
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