Estudio Bíblico: Propio 5 (B) – 2018
June 11, 2018
1 Samuel 8:4-11, (12-15), 16-20, (11:14-15)
Uno de los grandes problemas de la vida humana en comunidad es lo que el sociólogo Max Weber llamó la “rutinización del carisma”. ¿Es posible poner lo que hemos logrado bajo el liderazgo de un individuo único y extraordinario y crear reglas y sistemas que permitan que el éxito continúe, o acaso la creación de reglas destruye el carisma creativo y flexible que permitió ese éxito en primer lugar?
Este es exactamente el problema al que se enfrentan los israelitas en la lectura de hoy. Después de siglos de inestabilidad y guerra, finalmente encontraron un líder fuerte y sabio en el profeta Samuel. Sin embargo, sienten que Samuel está llegando a su fin, y entonces le piden que designe un rey que los gobierne, como lo han hecho otras naciones. Samuel advierte que solo Dios debería ser su rey y enumera las muchas formas en que los reyes humanos tienden a abusar de su poder. Sin embargo, la gente está decidida a ser como las otras naciones. En su deseo de seguridad y poder, deciden ajustarse al modelo de liderazgo establecido por el mundo que los rodea.
- ¿Alguna vez ha estado usted involucrado en un ministerio o proyecto después de que su fundador o líder se haya ido? ¿Cómo funcionó esa transición? ¿Qué haría usted de manera diferente?
- Algunas personas a menudo tratan de aplicar su entendimiento de los negocios o de gobierno a la forma en que opera la Iglesia. ¿De qué maneras cree usted que esto es útil? ¿De qué maneras puede ser de poca utilidad?
Salmo 138
Este salmo es el primero de una serie de himnos de alabanza con los que concluye el Libro de los Salmos. El salmista da gracias a Dios por la respuesta de Dios a sus oraciones (v. 4), y por la compañía de Dios “en medio de la tribulación” (v. 8). El salmo reitera los típicos temas bíblicos del cuidado de Dios hacia los humildes (v. 7) y del amor y la fidelidad de Dios (v. 2).
- Algunas traducciones al español dicen “Cuando te invoqué, me respondiste” (v. 4), otra traducción más literal del texto hebreo dice “El día que llamé, me respondiste”. Sin embargo, a veces nuestras oraciones se sienten como si no tuvieran respuesta durante mucho tiempo, si es que la tuvieron. ¿Qué significado podría tener el decir que Dios contesta nuestras oraciones el día que lo invocamos?
2 Corintios 4:13-5:1
El evangelismo es uno de los temas candentes en la Iglesia Episcopal actual. En este pasaje, Pablo comienza con un resumen conciso de la importancia de la resurrección para su proclamación de la fe. “También creemos”, escribe, “y así hablamos, porque sabemos que aquel que resucitó al Señor Jesús también nos resucitará con Jesús” (v. 13-14). Confiamos en Dios porque sabemos que Dios resucitó a Jesús de entre los muertos, y porque sabemos que en la resurrección de Jesús encontramos nuestra propia resurrección. La evangelización, en su esencia, significa compartir las buenas nuevas -en griego, euangélion- de esa resurrección y la esperanza que nos ofrece.
Uno de los temas que trata Pablo en la segunda carta a los Corintios es la crítica que recibió de parte de algunos miembros de la iglesia en Corinto, que afirmaban que era un pobre orador, poco convincente y débil. Contra estas críticas, Pablo muestra su confianza en Cristo y no en su propia habilidad o poder. Este pasaje presenta un bello ejemplo de la forma en que la fe de Pablo lo ha fortalecido para enfrentar este tipo de críticas y le permitió “no desanimarse” (v. 16), al mantenerse centrado en las buenas nuevas.
- ¿Las noticias de la resurrección de Jesús son buenas noticias para usted? ¿Por qué?
- ¿Cómo habla usted de estas buenas noticias? ¿Cómo las comparte con los demás?
- ¿El mensaje de la resurrección le proporciona fortaleza y consuelo frente a las dificultades? ¿De qué manera?
Marcos 3:20-35
Este es el tercer domingo en el que estamos leyendo el Evangelio de Marcos. El domingo pasado, los discípulos de Jesús recogieron grano en el día de reposo y él curó la mano de un hombre en el día de reposo. En el texto del evangelio que saltamos para llegar a la lectura de esta semana, una gran multitud se reúne alrededor de Jesús debido a sus curaciones milagrosas, y nombra a los doce apóstoles. Esta semana, la enseñanza de Jesús continúa con una serie de dichos.
Al principio, parece que esos dichos hubieran sido lanzados al azar, sin unidad entre ellos. Pero si se observa detenidamente, es posible ver un patrón. La lectura comienza en la mitad de la oración; si se comenzara en Marcos 3:19b, se leería: “Entonces [Jesús] se fue a casa [literalmente ‘a una casa’]; y la multitud volvió a reunirse…” El tema de la casa, del hogar y de la familia es lo que se mantiene a lo largo de esta lectura.
- ¿Cuál es el verdadero hogar de Jesús y quién es su verdadera familia? ¿Cuál es la casa demoníaca y dividida que ha venido a saquear?
- ¿Cuándo ha sido para usted la Iglesia su familia, su “hermano y hermana y madre” (v. 35)? ¿Hay algún momento en el que la Iglesia lo haya apoyado a usted y a su familia, o cuándo lo ha apoyado en un momento de conflicto en su familia?
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