Estudio Bíblico: Propio 6 (A) – 2017
June 19, 2017
Génesis 18:1-15
En el Libro de Génesis, capítulo 18, versículos del 1al 15, el siempre fiel Abrahán, el primero de los patriarcas hebreos, inesperadamente acoge a Dios y a dos compañeros angélicos en un robledal cerca de su casa en el barrio de Hebrón, un municipio ubicado en las montañas de Judea de Palestina. Aunque estos tres visitantes no aparecen como alguien especial, Abrahán inmediatamente reconoce a sus huéspedes divinos y les ofrece la mejor hospitalidad posible. A pesar de que Abrahán y su esposa Sara ya son muy viejos, Dios le informa a Abrahán de que Él les visitará en un tiempo designado y a su regreso, permitirá que su esposa quede embarazada y tenga un hijo. Oyendo la conversación desde su tienda y reconociendo su edad avanzada, Sara duda de esta perspectiva y se ríe. Cuando se da cuenta de que Dios ha oído su risa, tiene miedo de admitir su falta de fe y sin éxito intenta negar que se hubiera reído.
En nuestro mundo contemporáneo rodeado de avances científicos y tecnológicos, ¿con qué frecuencia utilizamos estos avances para justificar nuestra falta de fe en la capacidad de Dios de intervenir en nuestras vidas, racionalizando que la gente de los tiempos bíblicos era de alguna manera diferente a nosotros mismos? La reacción de Sara en esta historia nos muestra que, al igual que en nuestra era contemporánea, estos personajes bíblicos no eran diferentes: también dudaban de lo inimaginable. Sara ya está avanzada en edad y sabe que es biológicamente imposible para ella tener un hijo a su edad. Sin embargo, su siempre fiel esposo Abrahán responde sin lugar a dudas, sólo la fe. Incluso había reconocido el origen divino de sus visitantes anónimos sin dudar, a diferencia de Sara que no se dio cuenta hasta algo más tarde.
- ¿Permitimos que nuestra duda nos ciegue a la presencia divina en el mundo? ¿Qué podemos hacer para despertarnos y ser más conscientes de esta presencia?
- ¿Tenemos miedo de reconocer nuestra duda ante Dios o ante los demás? ¿Qué podemos hacer en nuestras comunidades eclesiásticas para poder reconocer nuestra duda y así capacitarnos a nosotros mismos y a nuestras comunidades eclesiales para crecer en la fe?
Salmo 116:1, 10-17
En el Salmo 116, el salmista expresa su alivio y abrumador sentimiento de agradecimiento a Dios después de recuperarse de la enfermedad. Su fe se ha fortalecido y expresa agradecimiento comprometiéndose a vivir abiertamente su fe, glorificando así a Dios.
En nuestra época contemporánea con muchos avances médicos en tecnología y medicina, es fácil pasar por alto la parte de Dios en nuestra recuperación exitosa. Al igual que el salmista, debemos recordar fielmente la presencia de Dios en nuestras vidas y la curación que nos ofrece cuando estamos sufriendo una enfermedad o nos encontramos en circunstancias difíciles. Estemos siempre agradecidos por la presencia sanadora de Dios y siempre ofrezcamos lo mejor de nosotros mismos a él como una expresión de nuestra gratitud.
- ¿Alguna vez has experimentado este tipo de agradecimiento abrumador a Dios después de superar las dificultades o el sufrimiento? ¿Cómo expresaste tu agradecimiento?
- ¿De qué otra manera podemos expresar nuestra gratitud a Dios?
Romanos 5:1-8
En la carta de Pablo a la iglesia en Roma, envía un mensaje de aliento a los cristianos que se han reconciliado con Dios y están en paz con él simplemente por su fe en Cristo. Sufrir la persecución formaba parte de la vida de los primeros cristianos y así Pablo los anima a ver el sufrimiento como una ayuda para fortalecer la fe y recordar que la presencia de Dios está siempre con ellos. Tal vez Pablo se base en su propia experiencia de sufrimiento gracias a su fe. Él continúa tratando de aliviar cualquier duda acerca del amor de Dios hacia ellos, recordándoles que Jesús se había sacrificado por amor a ellos antes incluso de que estuvieran reconciliados con Dios y no lo merecieran, así ¿cuánto más es su amor por ellos ahora que tienen fe en él?
A menudo, sentimos que debemos hacer algo para ser dignos del amor de Dios por nosotros, pero Pablo nos asegura que nuestra fe es suficiente. Jesús estaba dispuesto a sacrificar su vida por nosotros aún antes de que tuviéramos fe en él, así como Pablo asegura a los cristianos de Roma, hace miles de años, el amor que Jesús les tiene por su fe en él, así que también nosotros podemos sentirnos seguros. La fe siempre viene primero, y cualquier buena obra que hagamos es una expresión de esa fe. No son requisitos para ser amados por Dios.
- ¿Alguna vez has sufrido por tu fe? ¿Sientes que este sufrimiento ha fortalecido tu fe y has sentido que Dios estaba presente contigo en tu sufrimiento?
- ¿Estás convencido del amor de Dios por ti? ¿Cómo puedes convencer a otros de este amor?
Mateo 9:35-10: 8
En esta selección del Evangelio según Mateo, Jesús está cumpliendo su misión de enseñar, predicar y sanar en toda la región galilea de Israel. Motivado por la compasión hacia el pueblo que sabía que necesitaba mucha sanidad y liderazgo, y al darse cuenta de que la tarea era demasiado grande para cumplirla él solo, reunió a doce de sus seguidores, representando a las doce tribus de Israel, para asistirle en el trabajo. Les delega su autoridad a ellos. Estos discípulos eran un grupo diverso de personas de todos los sectores de la vida y Jesús a menudo se quejaba de la falta de fe mostrada por los apóstoles que había elegido, pero sin embargo, eran lo suficientemente fieles para aceptar la tarea que Jesús les había dado, hasta el punto de abandonar sus vidas anteriores y aceptar el sufrimiento. Jesús, al afirmar su mesianismo sobre su propio pueblo, al mismo tiempo que sabía que tenían gran necesidad de curación y guía espiritual, hizo que la prioridad de sus nuevos apóstoles fuera primero hacia el pueblo judío. Les proporcionaría sanidad y les anunciaría la venida del reino de Dios, para el cual Juan el Bautista los había preparado durante mucho tiempo. Sin embargo, si bien los apóstoles aceptaban lo que la gente les daba para satisfacer sus necesidades básicas, no debían pedir sueldo de la misma manera que Jesús no lo había pedido. El amor inmerecido y misericordioso de Dios y la curación ya eran pagos en su totalidad.
¿Con qué frecuencia nuestras comunidades eclesiásticas esperan que los líderes cumplan la misión de la iglesia mientras que no están dispuestas a ayudar activamente en esta gran tarea? ¿Creemos que simplemente asistiendo a la iglesia los domingos y tal vez participando en una sesión de estudio bíblico es suficiente carga en nuestras ocupadas vidas? Si ofrecemos ayudar, ¿esperamos algo a cambio, incluso el pago, antes de que estemos dispuestos a hacerlo? Como Jesús mismo se dio cuenta, mientras haya mucho que hacer y la gente esté en gran necesidad de curación y guía espiritual, hay una necesidad aún mayor de que todos nosotros ayudemos activamente en este trabajo. Seamos generosos con nuestro tiempo y talento, aunque creamos que nuestra fe es insuficiente para la tarea, y simplemente ofrezcamos nuestra fidelidad y permitamos que Dios actúe a través nuestro.
- ¿De qué manera cumple tu comunidad eclesial la misión en el mundo? ¿Los miembros de la iglesia ayudan activamente en esta misión?
- ¿De qué manera puedes usar tu tiempo y talento para ayudar en la misión de tu iglesia?
Bibliografía:
- New Revised Standard Version Bible (2007). San Francisco, CA: HarperOne
- New Living Translation Bible (2013). Life Application Study Bible. Carol Stream, Illinois: Tyndale House
- New King James Version Bible (1997). The MacArthur Study Bible. Nashville, Tennessee: Thomas Nelson
- Gary M. Burge, Andrew E. Hill, eds (2012). The Baker Illustrated Bible Commentary. Grand Rapids, MI: Baker Books
- Daniel Hays, J. Scott Duvall (2011). The Baker Illustrated Bible Handbook. Grand Rapids, MI: Baker Books
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