Estudio Bíblico

Estudio Bíblico: Propio 9 (C) – 2019

July 07, 2019


2 Reyes 5: 1-14

Naamán era un rico comandante del ejército del rey de Aram. Aunque era una persona de gran poder y prestigio, sufría de lepra, una condición que lo marcaba visiblemente como diferente a los que lo rodeaban. Ansioso por quedar limpio de la lepra, Naamán viajó con enormes cantidades de tesoros al rey de Israel con la esperanza de ser limpiado de la lepra. Aunque el rey de Israel admitió su incapacidad para ayudar a Naamán, el profeta Eliseo le dio instrucciones muy simples al comandante del ejército: “Ve, lávate siete veces en el Jordán, y tu carne será restaurada y quedarás limpio” (2 Reyes 5: 10). Naamán se enfureció por la simplicidad de las instrucciones e inicialmente se negó a cumplirlas. Cuando finalmente siguió las instrucciones de Eliseo, su lepra fue limpiada milagrosamente.

Aunque, naturalmente, nuestra atención se centra en la limpieza milagrosa de Naamán, no debemos pasar por alto el hecho de que muchas personas diferentes lo ayudan en la búsqueda de quedar limpio de la lepra. Aunque el más obvio de estos pueda ser al principio el profeta Eliseo, varios otros personajes sin nombre desempeñan papeles esenciales en esta historia. Primero, una joven israelita tomada cautiva por los arameos recomendó que Naamán viajara a Israel. Cuando Naamán se enfureció con las simples instrucciones de Eliseo, sus sirvientes lo convencieron de ir a las aguas del río Jordán y lavarse. Los que parecían tener la menor importancia desempeñaban papeles fundamentales para ayudar a Naamán a quedar limpiado de la lepra. Dios utiliza personas que el mundo considera insignificantes para lograr cosas asombrosas.

  • ¿Qué personas de aparente insignificancia podrían traernos buenas noticias?

Salmo 30

El salmista a menudo habla con una franqueza y sinceridad que pueden desarmarnos. Aquí en el Salmo 30, el salmista habla desde un lugar de profunda dependencia de Dios, recordando cómo Dios escuchó su llanto y lo levantó de las profundidades de la desesperación. Este salmo contiene una de mis líneas favoritas de todo el salterio: “Aunque al anochecer nos visite el llanto, por la mañana vendrá la alegría”. Estas palabras captan un elemento esencial de lo que es ser humano y la esperanza que infunde en nuestra vida de fe. Todos conoceremos la dificultad, la lucha y la pérdida. Todos tendremos experiencias de lamento y llanto sostenidos. Sin embargo, como cristianos, creemos y proclamamos que Dios estará con nosotros en todo esto, y sabemos que la desesperación no durará para siempre. La alegría vendrá de nuevo por la mañana después de la larga noche de lamento.

  • ¿Cuándo ha experimentado la presencia, el consuelo y la alegría de Dios después de un período de lucha o desesperación?

Gálatas 6: 1-16

Aunque Pablo tiene una relación amorosa y amistosa con muchas de las comunidades a las que se dirige en sus cartas, es muy crítico en toda la carta que escribe a la iglesia de Galacia. Este pasaje marca el final de su carta a la iglesia de Galacia, que había sido plagada por la división sobre la cuestión de la circuncisión y si era necesaria para los creyentes gentiles. En sus palabras finales a los gálatas, Pablo concluye con palabras de aliento. Los exhorta a continuar siempre a hacer lo correcto y a trabajar por el bien de todos. A una comunidad dividida sobre la cuestión de la circuncisión de los gentiles, Pablo enfatiza la cruz de nuestro Señor Jesucristo como el núcleo de la fe cristiana: “En cuanto a mí, de nada quiero gloriarme sino de la cruz de nuestro Señor Jesucristo. Pues por medio de la cruz de Cristo, el mundo ha muerto para mí y yo he muerto para el mundo. De nada vale estar o no estar circuncidados; lo que sí vale es el haber sido creados de nuevo.” (Gálatas 6: 14-15). Pablo exhorta a los gálatas a enfocarse en lo que los une con todos los cristianos: Jesucristo, el crucificado y el resucitado.

  • ¿Ha experimentado algún momento en el que se ha enfocado tanto en un problema menor que perdió la pista de lo que es más importante?

Lucas 10: 1-11, 16-20

Aunque hablamos con frecuencia de los doce llamados apóstoles escogidos por Jesús, este pasaje nos recuerda que Jesús también escogió a muchos otros como mensajeros de las buenas nuevas. Aquí se nos dice que designó a otros setenta para que salieran a los pueblos y ciudades. El consejo que les dio puede parecer sorprendente: “Sigan su camino. Miren que les envío como corderos en medio de lobos. No lleven dinero, ni bolsa, ni sandalias.” Jesús deja claro que están siendo enviados a un territorio potencialmente hostil, sin embargo, exige que no lleven nada con ellos, ni siquiera los suministros más básicos.

En cambio, los escogidos por Jesús dependerán de la hospitalidad de los extraños. En sus movimientos de casa en casa, deben aceptar alojamiento, comida y bebida dondequiera que puedan encontrarla. Si no son bienvenidos en un lugar, simplemente deben pasar al siguiente. Las instrucciones de Jesús a estos setenta apóstoles nos recuerdan que la vida cristiana no siempre es de confort y estabilidad. Como cristianos, se nos envía a enfrentar circunstancias que no podemos imaginar, sin embargo, sabemos que Dios nos acompaña y proporcionará todo lo que podamos necesitar.

  • ¿Ha experimentado algún momento en el que se vio obligado a depender de la hospitalidad y la amabilidad de extraños? ¿Cómo respondió?

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Contacto:
Rvdo. Richard Acosta R., Th.D.

Editor, Sermones que Iluminan

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