Estudio Bíblico: Último Domingo después de Epifanía (B) – 2018
February 12, 2018
2 Reyes 2: 1-12
“No te dejaré”
Eliseo repite estas palabras tres veces a su maestro antes de que el Señor se lleve a Elías en una ascensión vertiginosa al cielo. La escena es dramática y majestuosa; Elías divide el mar como Moisés y se convierte en parte de un cuadro de ardientes figuras angélicas, un poco como Jesús en la Transfiguración siglos más tarde. Podríamos sentirnos tentados a centrarnos en el teatro de esta historia, pero la narrativa misma ilumina algunos de los elementos más arraigados de la experiencia humana: la vida, la muerte, el compañerismo, la lealtad y el legado.
“No te dejaré”, le dice Eliseo a su maestro. Cuando se le da la oportunidad de quedarse o retirarse, Eliseo está decidido; está haciendo este viaje hacia la muerte con su maestro, sin importar lo que sea. En la escena final, Elías expresa gratitud por la lealtad de Eliseo al preguntarle qué puede hacer por él antes de morir. Eliseo responde de una manera críptica, pero completamente comprensible: “Déjame una doble porción de tu espíritu”, le pide. En otras palabras, déjame parte de ti mismo; permíteme continuar con tu legado. Elías está de acuerdo, pero le advierte que no será fácil.
- ¿Alguna vez has perdido a un ser querido o has estado con alguien hacia el final de la vida?
- ¿Cuáles son algunas de las formas en que tratas o te esfuerzas por continuar con el legado de quienes admiras y respetas?
Salmo 50: 1-6
La primera parte del Salmo 50 es una llamada a la reunión. Dios se está preparando para juzgar a la gente y pide a todos los cielos y a la tierra que sean testigos. La palabra “juicio” siempre tiene un tono siniestro, pero estos versículos no insinúan cuán destructivo (o glorioso) será el juicio de Dios; en cambio, el foco reside en el poder y alcance de la voz de Dios. “El Señor… ha hablado”. “Nuestro Dios… no guardará silencio”. “Llama a los cielos y a la tierra”. Con frecuencia pensamos en los profetas y maestros que hacen el trabajo de recolección, o preparan el camino para que la gloria de Dios sea revelada, pero el salmista aquí imagina a Dios en ese papel. La voz de Dios resuena en toda la creación, invitando a unirse a aquellos que darán testimonio, así como a aquellos que serán juzgados.
- ¿De qué manera oyes a Dios hablar en tu vida?
- ¿Cómo oyes la voz de Dios en el mundo de hoy?
2 Corintios 4: 3-6
La temporada de Epifanía nos invita a celebrar la penetración de la luz de Dios en un mundo oscuro. Este pasaje de la segunda carta a los corintios nos recuerda que buscar la luz de Cristo es un viaje continuo. Mientras los poderes de este mundo se esfuerzan por “cubrirnos” o “cegarnos” de las buenas nuevas, estamos llamados a recibir la luz de Cristo en nuestros corazones y reflejar esa luz en la creación. Cuando la Epifanía llega a su fin y nos preparamos para entrar en la temporada de la Cuaresma, nuestro enfoque pasa de una celebración de la luz a un ajuste de cuentas con la oscuridad. Aun así, el regalo de la luz de Dios en nuestro corazón no desaparece con el cambio de las estaciones litúrgicas; incluso cuando comenzamos esta temporada de reflexión y arrepentimiento, llevamos la luz de Dios con nosotros y confiamos en ella para tener esperanza y fortaleza.
- ¿Cuándo ha sido difícil recibir la luz de Cristo? ¿Cuándo ha sido fácil?
Marcos 9: 2-9
¿De qué manera ves la luz de Cristo sofocada o atenuada por el “dios de este mundo”? ¿Cómo ayudas a que brille la luz de Cristo en aquellos que experimentan tiempos oscuros o problemáticos? Este pasaje en Marcos (y pasajes similares en Mateo y Lucas) cuentan la historia de la transfiguración de Jesús. Como lectores, nos vemos inmersos en una escena que en realidad es bastante íntima: Jesús lleva a Pedro, Santiago y Juan a un lugar remoto donde son testigos de una deslumbrante teofanía y escuchan un reclamo definitivo de la autoridad y el estado de Jesús como Hijo de Dios. Si alguno de nosotros hubiera estado presente en ese momento, podríamos haber reaccionado como Pedro, “aterrorizados” y buscando algo que decir o hacer. Ya sea que hayamos tenido o no nuestra propia visión de Dios, la historia de la Transfiguración nos invita a imaginar lo que es estar en la plenitud de la presencia de Dios. ¿Qué haríamos? ¿Qué diríamos? Santiago y Juan permanecen en silencio, pero podemos imaginar que no son indiferentes; quizás el asombro los ha dejado sin palabras. La Transfiguración, aunque íntima, revela a Jesús diferente al maestro gentil y humano que hemos llegado a conocer en pasajes anteriores. El Jesús de la Transfiguración puede sentirse distante o fantástico para algunos, mientras que otros pueden quedar sobrecogidos por la majestad, el misterio y la belleza de Dios mostrados de esta manera.
- ¿Cómo experimentas a Dios más plenamente?
- ¿Qué imágenes de Jesús te llevan al misterio y a la belleza de Dios?
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