Sermones: Año B
En esta página, verá todos nuestros sermones del Año B, organizados según la ocasión litúrgica y la estación del año de la Iglesia. Haga clic en las casillas azules de todos los sermones para cualquier celebración que se remonte al 2008.
El Adviento es la primera estación del año eclesiástico, que comienza con el cuarto domingo antes de la Navidad y continúa hasta el día anterior a la Navidad. El nombre se deriva de una palabra latina que significa “llegada”. La estación es una época de preparación y expectativa para la celebración que se aproxima de la natividad de nuestro Señor, y para la venida final de Cristo “en poder y gloria”.
La Navidad es una festividad celebrada el 25 de diciembre, que conmemora la Encarnación de la Palabra de Dios en el nacimiento de Jesucristo. En el Libro de Oración Común, también se le llama la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo. El día de la Navidad es una de las siete fiestas principales. La estación de la Navidad dura doce días, desde el día de Navidad hasta el 5 de enero, el día antes de la Epifanía.
La Epifanía es una estación de cuatro a nueve semanas, desde la fiesta de la Epifanía (6 de enero) hasta el martes anterior al Miércoles de Ceniza. La duración de la estación varía según la fecha de la Pascua. Las historias de los evangelios de esta estación describen diversos eventos que muestran claramente la divinidad de Jesús, incluida la venida de los Reyes Magos, el bautismo de Nuestro Señor, la boda en Caná, el llamado de los discípulos y otros milagros y enseñanzas de Jesús.
Los primeros cristianos observaron “una temporada de penitencia y ayuno” en preparación para la Pascua e imitando el ayuno de Cristo en el desierto. En los últimos años, la Cuaresma ha vuelto a adquirir su significado como preparación final de los candidatos adultos para el bautismo. Uniéndose a ellos, todos los cristianos están invitados “a la observancia de una santa Cuaresma, mediante el examen de conciencia y el arrepentimiento; por la oración, el ayuno y la autonegación; y por la lectura y meditación de la santa Palabra de Dios” (LOC, pág. 183).
Las celebraciones de la Semana Santa, los siete días antes de la Pascua, ofrecen una experiencia litúrgica de los últimos días de la vida terrenal de Jesús, así como el tiempo y los acontecimientos que llevaron a su resurrección. Los tres días santos, o triduo, el Jueves Santo, el Viernes Santo y el Sábado Santo representan el corazón de la celebración de la Semana Santa. La Semana Santa termina al anochecer del sábado anterior a la Pascua, o con la celebración de la Vigilia Pascual.
La fiesta de Pascua, que celebra la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, es una estación de cincuenta días, desde la víspera de la Pascua hasta el Día de Pentecostés. Durante esta estación no hay ayuno, y el Concilio de Nicea (325) ordenó que los cristianos oraran de pie. La palabra “aleluya” ([del hebreo,] alabemos al Señor) se dice o se canta repetidamente, lo que contrasta con la estación de la Cuaresma cuando se omite el aleluya.
La estación posterior a Pentecostés comienza el lunes siguiente a Pentecostés y continúa durante la mayor parte del verano y el otoño. Puede incluir hasta 28 domingos, dependiendo de cuándo cae la Pascua. El LOC proporciona las Colectas y lecturas de cada Propio para los otros domingos de la estación. Estos Propios están numerados y designados para su uso durante aquellos domingos que están más cercanos a días específicos en el calendario mensual.
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