Estudio Bíblico: Pentecostés 14 (C) – 11 de septiembre de 2022
September 11, 2022
LCR: Jeremías 4:11-12, 22-28; Salmo 14; 1 Timoteo 1:12-17; Lucas 15:1-10
Jeremías 4:11-12, 22-28
No hay manera de leer este pasaje de Jeremías y no compararlo de alguna manera con todas las noticias que escuchamos cada día alrededor del mundo. De hecho, parece que hay un viento caliente que sopla ferozmente hacia nosotros, la gente tonta, los niños estúpidos. Desde el calor, el fuego y las inundaciones récord en nuestros patios traseros hasta las nubes de polvo del Sahara en lo alto de la atmósfera, no es difícil imaginar que nuestra tierra fructífera será un desierto y que las ciudades quedarán en ruinas. Sin embargo, el versículo 27 del lamento de Jeremías nos recuerda que el Señor no va a terminar aquí; hay algo al otro lado de esta desolación.
La profecía de Jeremías no es exactamente esperanzadora, pero tampoco nos permite simplemente darnos por vencidos y empacarnos. Las cosas van a estar mal, “la tierra se enlutará”, pero seguimos siendo el pueblo de Dios, no tenemos más remedio que mantenernos firmes en nuestra fe mientras avanzamos a través de lo que podría ser nuestra propia noche oscura del alma.
- ¿Cree que Dios se ha dado por vencido con nosotros, o hay una posibilidad de redención?
- ¿Qué hay en este pasaje podría darle una idea de cómo superar estos días oscuros?
Salmo 14
El Salmo 14 mantiene el mismo tema que se articuló en la lectura de Jeremías. De hecho, proporciona algunos detalles más que pueden ayudarnos a ver exactamente cómo llegamos a este estado deplorable. Somos los necios que hemos perdido la fe y hemos cometido “actos abominables”, y no hay uno solo de nosotros que haya resultado fiel.
Lo que el salmo también proporciona es un rayo de esperanza sobre la restauración de Israel. Sin embargo, ciertamente no será por obra nuestra, sino por la gracia de Dios.
- ¿Se siente señalado como el tonto en este salmo, o está tentado a pensar que se aplica a otras personas en otro tiempo?
- ¿Encuentra esperanza en el versículo 7? ¿Cómo podemos mostrar que nuestra fe ha sido restaurada?
1 Timoteo 1:12-17
Esta lectura no nos libera del apuro en términos de nuestra pecaminosidad, pero nos brinda una valiosa oportunidad para hacer conexiones esenciales entre nuestra propia pecaminosidad, la de Pablo, y la pecaminosidad de todos los que nos han precedido. Necesitamos basarnos en esa Escritura para ver y comprender cómo Cristo ha obrado y seguirá obrando en nuestras vidas.
- ¿Qué cree que es lo único necesario para recibir la misericordia de Dios? ¿Cómo podría construir su vida alrededor de eso?
- ¿De qué manera se conecta este pasaje con las lecturas del Antiguo Testamento que acabamos de estudiar?
Lucas 15:1-10
Nunca es cómodo verse como un fariseo o un escriba; ellos son los “chicos malos” después de todo, pero eso es precisamente lo que debemos hacer si queremos sacar todo lo que podamos de este pasaje. Necesitamos vernos como ese tipo de hipócritas y pecadores para entender que Jesús no se preocupa tanto por la oveja perdida como por la unidad y la solidaridad de la comunidad. Todos necesitamos arrepentirnos, porque todos somos pecadores, y cuanto antes aceptemos eso, mejor.
Esto me recuerda la historia que se suele contar en los campamentos de verano sobre “cazar un oso”, donde nos encontramos con todo tipo de obstáculos mientras vamos a cazar un oso, y en cada uno de ellos, el estribillo es “no puedo pasar por encima, no puedo pasar por debajo, no puedo rodearlo, tengo que atravesarlo”. Cuanto antes aceptemos nuestra naturaleza pecaminosa y nos arrepintamos, antes habrá “gozo en la presencia de los ángeles de Dios”.
También debemos recordar que nuestros actos de arrepentimiento deben incluir misericordia y perdón para aquellos que hayan actuado en nuestra contra.
- ¿Dónde se ve a sí mismo en esta lectura?
- ¿Qué pasos podría tomar para “dar la bienvenida a los pecadores” y unir a su comunidad?
- ¿Cómo puede encajar su actitud de perdón y misericordia en este contexto?
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